miércoles, 3 de diciembre de 2008

Jean – Jocques Rousseau


Realizado por Agustina Fabiano

Jean – Jocques Rousseau

Fue un escritor, filósofo, músico franco – suizo; usualmente es definido como un ilustrado pero parte de sus teorías prefiguran el posterior Romanticismo.

Las ideas políticas de Rousseau influyen en una gran medida en la Revolución Francesa, el desarrollo de las teorías liberales, y el crecimiento del nacionalismo. Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor expresada en su más célebre frase, contenida en El Contrato Social:” El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado”.

Nació en Ginebra el 28 de junio de 1712. Era hijo de Issac Rousseau, relojero como su padre y su abuelo, y de Suzanne Bernard, que muere a sólo nueve días del nacimiento de Jean – Jocques, ella también era hija del relojero Jacques Bernard. Huérfano de madre, a los nueve años, pasa a ser criado por su tío materno Samuel Bernard, pastor de origen francés, debe exiliarse a Ginebra en 1549 a causa de la persecución religiosa. Su padre lo abandona a los 10 años, teniendo una infancia, una educación y un debut muy difíciles. Pasa dos años en casa del pastor Lambercier, en Bassey. Su tío le consigue trabajo como aprendiz de un gráfico, y en 1752 con un maestro grabador.

A los 16 años huyó de su localidad natal tras pasar tantas dificultades, instalándose en Saboya acogido por el sacerdote Mn. Torres, del Bell – lloc de Pla. Más tarde se estableció en Annecy y, tutelado por Madame de Warens, quien le proporcionó una educación esmerada y ayudó en su afición por la música. Tras una enfermedad grave, debió residir en Montpellier por un período de seis semanas para reponerse.

A su regreso, fue preceptor en Lyon y contactó con Fontnelle, Diderot, Rameau y Marivaux. Pasó más tarde a ser en la que ejercerá diferentes oficios relacionados con las letras y la música.

Recorrerá muchos kilómetros a pie por la zona de los Alpes a través de los cuales forjará su carácter de “pasante solitario”.

Su vida se estabiliza con Therése Levasseur y entra en contacto con otros ilustrados como D` Alembert, Voltaire, Rameau, Diderot. Es a partir de este período cuando inicia la producción escrita de Rousseau que lo ha hecho ocupar un importante lugar en la tradición ilustrada europea. Cuando finalizó su estancia en París, y ya tras haber estado en un buen contacto con otros ilustradores se traslada a Ermenonville, donde fallece después de un paro cardíaco, cuando estaba en su casa.

El legado filosófico de Rousseau

En 1762, la publicación de El Contrato Social fue causa de su expulsión de Francia, refugiándose en Neuchatel. Uno de los temas fundamentales de la obra es la soberanía. Para el autor soberanía es sinónimo de voluntad general, en tanto que sólo la voluntad del pueblo puede constituirse en ley. Esta es indivisible y no puede ser representada. Por lo tanto la soberanía radica en el todo, no puede dividirse en partes, y menos todavía ser representada por un parlamento electo.

Soberanía y Estado son términos inseparables, en tanto que el Estado se mantiene en el poder soberano.

De esta manera para Rousseau el principio fundante del Estado Moderno debería ser netamente democrático, ya que el poder soberano solo es tal, cuando la expresión de la voluntad general de todos los ciudadanos de un Estado. La voluntad general del pueblo es el denominador común de todas las voluntades particulares. Esto suena un poco utópico, pero el autor contesta diciendo que si entre un grupo de hombres no hubiera ningún interés común a todos, que los pueda unir, sería imposible pensar en la sociedad civil y menos en un contrato social fundante de un Estado.

Solo en un Estado fundado en un principio democrático, donde el poder soberano es la voluntad general de todos; el hombre puede ser realmente libre, Porque el hombre de esta manera sólo se somete a la ley que el mismo se dicta. Ni el Estado de Naturaleza ni en otro tipo de Estado puede llegar a serlo realmente.

Pero no hay que confundir este principio fundante del Estado con el régimen o forma de gobierno. Una cosa es la forma de Estado y otra su régimen político.

El gobierno es el órgano encargado de ejecutar la voluntad general del pueblo. La ley, como expresión de la voluntad general, debe también apuntar siempre al todo y nunca a un particular. Pro eso es necesario un gobierno que aplique la ley o las partes, pero éste no puede nunca dictarla, solo el pueblo entero puede hacerlo. Para Rousseau no hay un régimen político ideal i por excelencia, el tipo de régimen dependerá de la situación geográfica donde se asiente la sociedad civil y su consiente Estado. En territorios pequeños es conveniente una república como forma de gobierno, en territorios medianos una aristocracia y en un territorio grande un liberalismo. Rousseau propugnaba la soberanía del pueblo que identificaba solamente con los varones. Su concepción sobre las mujeres puede conocerse a partir de su tratado de educación femenina “el Emilio” donde cuestiona la igualdad que propugnaba ya que solamente incluía a los varones. Lo vemos así en afirmaciones como la siguiente:

La educación de las mujeres siempre debe ser relativa a la de los hombres, Agradarnos, sernos de utilidad, hacernos amarlas y estimarlas, educarnos cuando somos jóvenes y cuidarnos de adultos, aconsejarnos, consolarnos, hacer nuestras vidas fáciles y agradables; estas son las obligaciones de las mujeres durante todo el tiempo y lo que debe enseñárseles en su infancia.

El Emilio

Conclusión:

Rousseau en el Contrato Social va a averiguar si la sociedad puede ser organizada de tal modo que las exigencias sociales no contraríes la naturaleza, que la ley no sea un obstáculo para la libertad ni para los intereses del individuo, que el derecho no se oponga a la naturaleza, la justicia a la utilidad.

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